Requiere disciplina: para que se cumplan los objetivos y tiempos del tratamiento, es necesario que el paciente lleve las férulas 22 horas al día. Sin embargo, al ser removible, a algunos pacientes se les olvida volver a ponerse el aparato una vez se lo han quitado, lo que retrasa el tratamiento.
Es más cara: su precio es superior al de otros tratamientos de ortodoncia, como los brackets metálicos.